En mi opinión, vivimos en una sociedad que transmite ideas románticas y sexuales erróneas. La subcomunicación que recibimos de la mayoría de los medios de comunicación es que el hombre es un chupaculos de la mujer.

El mensaje subliminal es que los hombres «deben ser alguna especie de héroe/estrella que hace cosas impresionantes» para merecer chicas de calidad.

Hay una inmensa mayoría de historias que tiran por el lado de que el tío es un perdedor/huérfano/pobre hombre que saca a relucir poderes impresionantes, salva al mundo o hace algo superheroico, y como consecuencia se merece a la mujer guapa de la historia (Iron Man, Titanic, El Indomable Will Hunting/En busca del destino, Gladiador, etc.)

Menudo montón de mierda.

Y muchas mujeres esperan ser «conquistadas» por su príncipe en caballo blanco. Esperan ser impresionadas por que se sienten como un premio que el hombre debe merecerse mediante actos que demuestren su valía.

Nadie debería hacer ningún esfuerzo de demostración de valía hacia el sexo opuesto.

Es de persona sana esforzarse en tener actos diarios que proporcionen confianza y orgullo en uno mismo, y extraer nuestra sensación de valía desde nuestra propia opinión y no desde la de los demás. Es entonces cuando no necesitaremos hacer ningún esfuerzo de «impresionar». Nuestra valía brotará por sí sola.

¿Cual es resultado de el mensajo erróneo anteriormente mencionado?

Hombres que hemos crecido pensando que no somos suficientes para atraer a las mujeres y debemos merecer a una mujer por nuestros actos/vida heroica. Hay una enorme presión por demostrar e impresionar a lo femenino con lo que sea (cuerpo, dinero, ropa, inteligencia…). Una enorme estupidez universal que es sumamente inatractiva.

Sentirse orgulloso, confiado, y que somos más que suficientes (y seguiremos siendo incluso mejores cada día) es lo verdaderamente atractivo.

Las mujeres, especialmente las que son atractivas físicamente, crecen con un sinfín de feedback que les comunica «Eres especial». Y hablo de un «Eres especial» insano, algo similar a «Eres mejor que los demás». Actos como colgar una foto en Facebook y tener un montón de tíos diciéndole lo guapa y «especial» que es, tener una cita y el hombre sentirse «afortunado» por estar con una chica así (basando la calidad de esa chica sólo en su atractivo físico), o entrar a un bar/discoteca y tener hombres queriéndole invitar a copas sólo porque es una chica guapa.

Hago un llamamiento a todo hombre auténtico: dejémonos de semejantes gilipollezes.

Sumisión Femenina

En el ámbito romántico y sexual, la energía masculina es de dominancia y protección, y la energía femenina es una energía que nutre, una energía de sumisión. Ambas son expresiones de amor.

Las novelas románticas que las mujeres devoran (¿Te has enterado de Cincuenta Sombras de Grey?) no tienen a un hombre protagonista débil, que ruega y suplica a la mujer que tenga una cita con él.

Es más bien un hombre con fuerza y peligroso, y ella desea fervientemente rendirse en sus brazos.

La sumisión femenina no se debe ver como algo negativo. Es justamente totalmente lo opuesto.

Esta sumisión es amor femenino en estado puro.

Proviene de la confianza en su hombre y de su deseo de entrega a él. Esto no le quita independencia como ser humano, sino que es un aspecto natural de su esencia femenina.

No es que la mujer existe para complacer al hombre y el hombre hace lo que le da la gana. No. Tanto el hombre como la mujer, en una relación romántica y/o sexual, están ahí para complacerse mutuamente. Uno lo hace a través de la dominancia y el otro a través de la sumisión.

Las mujeres se vuelven locas por sexo duro y dominante; combinado con toques de conexión, intimidad emocional, y protección.

Actos como mandarle en la cama (en lugar de pedir permiso), ahogarla, tirarle del pelo, azotarle bien el culo, o atarle las manos; son cosas que gustarán totalmente a lo femenino.

El sexo duro es el caramelo dulce que se encuentra entremedio de una buena bofetada y un beso.

El sexo duro no es el hombre decidiendo absolutamente todo lo que se hace en la cama y la mujer aceptando lo que sea y cuando sea.

El sexo duro no es irrespetuoso ni abusivo.

El sexo duro es consentimiento y pasión.

El sexo duro es un guiño y una bofetada a los taboos de la sociedad.

El sexo duro es una expresión sensual libre de mútuo acuerdo de dar y tomar poder.

Aunque ante ojos críticos y mentes cerradas no se lo parezca, el sexo dominante es respeto e igualdad.

Cabe mencionar que no a TODAS las chicas les gustan exactamente lo mismo. Prestar atención, observar bien, y ajustar la intensidad según la chica es muy importante.

A mí me encanta el sexo anal. Cuando me acuesto con una chica las primeras veces no suelo poner esa carta encima de la mesa, sino que observo cuando lo veo oportuno (cuando hay un poquitín más de confianza) cómo reacciona cuando le estimulo el ano suavemente con el dedo. Su reacción o un simple «¿Te gusta?» me indican si es una parte del sexo dominante que ella disfruta.

Todas diferentes prácticas de sexo dominante tienen su lugar, su forma correcta de poner en práctica, y su aplicación gradual;

Pero dejemos claro una cosa:

LAS MUJERES QUIEREN SEXO DOMINANTE. QUIEREN QUE TE LAS FOLLES… QUE TE LAS FOLLES BIEN.

Y quieren que sepas combinar intimidad y conexión emocional en la lista de ingredientes.

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